La Riera de Sant Miquel

La Barcelona de los noventa cruzaba Gracia a toda velocidad a través de ésta calle estrecha, alternativa a una de las rutas más comerciales de la ciudad. Aceras grises y porterías oscuras, acogían tiendas de moda alternativas  junto a cafés populares. La Riera de San Miguel atraía por su autenticidad, por los patios de luces deslucidos, por los arbolillos anoréxicos que daban sombra en el centro de la ciudad. En estos años, los locales de muebles de los años 50 han dejado paso a zapaterías artesanas. Los sofás a pie de calle del restaurante grunge se han transformado en tabernas nuevas, que pretenden ser bodegas viejas. Los escaparates de colores flúor de las tiendas efímeras frente a la sobriedad del diseño de Menchen Tomás. Atravesar, adentrarse en esta ruta, sigue siendo un paseo original: zapatos exclusivos junto a accesorios capilares sofisticados, barra japonesa frente a barra catalana, todo en la misma acera, todo en la misma riera, todo en mis rutas de ciudad.









Comentarios

Entradas populares